Modernismo americano mid-century: La Casa Miller por Eero Saarinen

La bellísima y sofisticada Miller House en Indiana, donde colaboraron Kevin Rocha y Alexander Girard.

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La casa Miller fue encargada por J. Irwin Miller, un gran personaje, heredero de una prominente familia con negocios en la banca, la industria y los bienes raíces. Sus millonarios ingresos los generó al llevar a la empresa familiar Cummins Engine Company, de una mediana fábrica de motores diesel a líderes mundiales y miembro de la Fortune 500. Además, este multifacético hombre era muy religioso y fue el primer presidente laico del Consejo Nacional de Iglesias, abogando por los Derechos Civiles y trabajando junto a Luther King. Pero ciertamente el legado más potente fue su mecenazgo a la arquitectura modernista.

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Irwin Miller convirtió a Columbus, el pequeño pueblo de Indiana donde se ubica la industria familiar, en un polo inesperado de arquitectura moderna y lugar de peregrinación de cualquier fanático hasta el día de hoy. En él puedes encontrar una biblioteca por M. E. Pei, la Oficina de Correos por el ganador del Pritzker Kevin Roche e Iglesias por Eliel Saarinen y su hijo Eero. Con este último Irwin va a formar una gran amistad y una colaboración a lo largo de los años que va a incluir su casa de veraneo en Muskoka, Ontario y luego su residencia permanente en Columbus en 1953. En esta época Saarinen ya era un arquitecto famoso, con proyectos como el Gateway Arch de St Louis y la silla Womb para Knoll.

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Para el proyecto de la Casa Miller Saarinen, un gran colaborador, reunió al mismo equipo con el que trabajó en el St Louis Arch; Dan Kiley para el paisajismo, Kevin Rocha, como arquitecto asociado y el original Alexander Girard para el interiorismo. El resultado: un lugar que parece ser el epítome de la sofisticación moderna, una mezcla entre un lujo restringido y un cuidado pero explosivo uso del color. Un icono de la arquitectura del mid-century americano.

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Lo increíble es que esta pieza de arte estuvo escondida al ojo público por décadas. Recién terminada fue portada de la revista House & Garden en su edición de febrero de 1959 y luego Miller prohibió la reproducción de sus fotos, su coste o su ubicación, buscando privacidad para su familia. No fue hasta el año 2008 cuando muere su esposa Xenia Miller, que la casa fue deshabitada y donada al Indianápolis Museum of Art y abierto al público luego de una renovación de 2 millones de dólares (la familia donó 5 en total para estos fines)

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La casa se emplaza en un enorme terreno de 5 hectáreas que colinda por un costado con el río Flatrock, pero tiene un tamaño reducido y habitable según los parámetros modernistas, donde la riqueza y el estatus se demuestran con otros códigos. El plano de la casa consiste en la creación de un espacio central, de encuentro y público, del que salen cuatro alas; el área para el matrimonio, la de los niños, la de invitados y la de cocina, lavadero y servicio.

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La sala central es lo más relevante y sofisticado de la casa, con paredes y piso cubiertos en mármol. Además a nivel estructural conecta la casa con las viviendas vernáculas del medio oeste americano donde todas las piezas convergen a una central. Para resaltar esto, Saarinen creó una espectacular chimenea que los Miller prendían constantemente en invierno y llenaban su base de plantas en verano.

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El amplio espacio también incluye un “conversation pit”, diseño que Saarinen y Girard ya estaban desarrollando y que pretendía eliminar el exceso de pies de un “juego de living” convencional. Con esto se aumenta considerablemente el efecto de continuum del espacio abierto. En contraste Girard lo complementó con una colección de cojines de diseño exótico, que cambiaba con la estación. Las tonalidades rojas que vemos en la foto son para los meses de invierno y luego hay una combinación de colores fríos para los meses de calor.

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Otro elemento muy característico es el enorme mueble incorporado a la pared diseñado por Girard para esconder radio, televisión y bar, y por otro lado, para exhibir objetos preciosos recolectados por él o Xenia. También era un diseño común en los interiores de Eames y Nelson, como una forma de disimular la utilería de la vida cotidiana. En este caso se convierte en una especie de mural tridimensional debido al bello diseño de Girard, con su esquema de dorado, rojo y verde y la correcta posición de los objetos. Girard era un amante y empecinado coleccionista de arte floklorico mundial, lo que le infunde esa fuerza especial a sus espacios y una gran originalidad.

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Girard en ese momento era el director de diseño del área textil del fabricante de muebles Heman Miller, quienes ya desde los '40 producían los muebles de los Eames, y utilizó sus coloridos patterns para la mayoría de las cortinas de la casa. La alfombra de la sala de estar la diseñó especialmente para el espacio, incluyendo símbolos familiares como la Y de Yale, la M de Miller, el elefante del Partido Republicano en el cual Irwin militaba y el mismo plano de Saarinen para la casa.

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Otro espacio impactante es el comedor. Girard también creó una alfombra única que acompañara los cojines de las sillas Tulip de Saarinen (diseñó su famoso juego en la época en que la casa estaba en construcción). Para cada silla Girard creó un patrón que incluía las iniciales de miembros de la familiar, para que luego Xenia y sus amigas bordaran el cojín. La mesa continúa con el mármol buscando ese ideal de monomaterial trabajado por los modernistas de la época como Eames, Nelson y Saarinen. Piezas de todos estos diseñadores son parte de la casa, demostrando la conexión que había entre sus ideas y proyectos.

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El paisajismo es una obra maestra de Daniel Kiley, cuyo trabajo se inspira en las composiciones geométricas de Piet Mondrian y la escuela De Stijl. Esto mismo aplicó para acompañar y expandir la visión arquitectónica de Saarinen. En el jardín próximo a la casa formó cuadrículas que replican el plano de ésta y luego, en su costado, plantó una gran avenida de acacias. En los años de los Miller, esta avenida constaba con dos tremendas obras de arte en cada uno de sus extremos; en el sur un bajo relieve de Jacques Lipschitz y en el norte una mujer reclinada por Henry Moore. En el proceso de traspaso de la propiedad, las dos obras fueron subastadas.

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Fotos por: Indianápolis Museum of Art, Leslie Williams y Darren Bradley

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