Palacio Stoclet; una joya de la Wiener Werkstätte por Josef Hoffman y Gustav Klimt
La historia del Palacio Stoclet, una suntuosa mansión construida con las ideas del gesamtkunstwerk por Josef Hoffman y decorado con frisos de Gustav Klimt
El Palais Stoclet debe ser una de las mansiones mas suntuosamente construidas en el siglo XX. Es una oda al trabajo artesanal y a los materiales preciosos, lujos que se irían desvaneciendo con el advenimiento total de la sociedad industrial. Este palacio fue encargado por el millonario belga Adolph Stoclet al arquitecto vienés Josef Hoffman como su residencia en Bruselas. Construido entre 1905 y 1911, es una completa obra de arte como pocas otras
Precisamente Hoffman y los fundadores de la Wiener Secession (dentro de ellos el artista Gustav Klimt) pretendían revalorizar el trabajo manual y artesanal, que se estaba viendo arrinconado por la producción de las máquinas. Además, la Secesión de Viena postulaba un alejamiento de los valores estéticos historicistas de la Academia para explorar estilos modernos.
Estos mismos valores se vivían en Francia con el Art Nouveau y en Alemania con el Jugendstil. Pero es en Inglaterra donde Ashbee y Mackintosh superan las formas redondeadas y los motivos florales para acercarse a la abstracción geométrica, hacia la purificación de los objetos. Con esto en mente Hoffman se aleja de la Secession y junto con Koloman Moser, funda la Wiener Werkstätte, taller de producción artesanal con el que pretende la estetización de la vida
Hoffman estaba obsesionado con el concepto de gesamtkunstwerk (completa obra de arte), para él todo lo que nos rodea debía tener una armonía estilística. Cuando crea el Palacio Stoclet no duda en materializar su visión. Esto con el absoluto beneplácito del Sr. Stoclet, quien asombrosamente le da total libertad artística sin límites de presupuesto. Hoffman y su equipo se lanzan a hacer realidad esta suntuosa fantasía.
El terreno alcanza 8.600 metros cuadrados donde se crearon hermosos jardines. La fachada de la mansión está cubierta con mármol noruego. En la torre hay cuatro estatuas de bronce obra de Franz Metzner. El interior es impactante. Todo está recubierto con mármol, la armonía geométrica anticipa las líneas del Art Deco. Todo, absolutamente todo, fue diseñado por Hoffman y la Wiener Werkstätte. Desde los muebles, a la iluminación, desde la cristalería hasta la cuchillería de plata y la vajilla. Incluso se cuenta que la Wiener Werkstätte creó su modeabteilung (salón de modas) luego de que un discípulo fuera al Palacio Stoclet y comentara que lo único que no encajaba con la armonía estilística era la toilette de Madame Stoclet, vestida según las modas parisinas.
El comedor es una de las salas más lujosas de la casa. Posee un invaluable friso de mosaicos de seis metros de ancho encargado a Gustav Klimt, quien lo llamó El Árbol de la Vida. Sus piezas están fabricadas en oro y piedras semi-preciosas. La figura de la Expectación a la izquierda es de una belleza exótica que se une con una pareja abrazada que nos adelanta su famoso Der Kuss (El Beso). La larga mesa posee veinticuatro sillas tapizadas en piel de reno. La acompañan arrimos de madera de ébano y de mármol negro sobre los que descansan potes incrustados con malaquitas y candelabros de plata con perlas. Lo más curiosos es que este interiorismo, que sigue igual desde hace 100 años, lo han visto sólo unos cuantos elegidos a través de toda su historia.
El señor Stoclet, junto a su esposa Suzanne vivieron ahí hasta su muerte en 1947, periodo en el que recibieron a grandes vanguardistas de la época como Serguei Diaguilev, Jean Cocteau, Claude Debussy e Igor Stravinsky. Al día de hoy la casa aún pertenece a la familia Stoclet, pero estos herederos, hace mas de seis años que luchan entre si en los tribunales belgas sobre si venden los objetos que están dentro de la casa. La mansión fue nombrada el 2009 Patrimonio de la Humanidad por Unesco. El problema es que al vender las piezas elaborados por la Wiener Werkstatte especialmente para la casa, se rompería el concepto de gesamtkunstwerk que tanto buscó Hoffman y el mismo Adolph Stoclet, perdiendo así gran parte del valor artístico de la misma.
Veremos que será mas fuerte, si el amor al arte o la codicia de sus herederos que ya han vendido el resto de la colección de arte de los Stoclet en un valor nada menor. Esta comprendía desde retablos tardo medievales hasta arte pre colombino y chino. La joya de la colección era la obra del Duccio, Madonna and Child del 1300, vendida al Mets el año 2004 por la extraordinaria suma de $56 millones. La fortuna con que se construyó el Palacio derivó de negocios en la banca, la producción de armas y la explotación de minas en el Congo Belga (uno de los regímenes coloniales mas horribles de la historia). Por esto, creo que la humanidad se merece, por lo menos, tener acceso abierto a este palacio y admirar su completa obra de arte, sin merma.