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William Burroughs y su viaje por Sudamérica buscando la mítica Ayahuasca

El relato del viaje del genial y excéntrico William Burroughs por el amazonas colombiano y peruano buscando la máxima experiencia psicodélica.

William Burroughs es uno de los personajes más importantes e influyentes en la historia cultural del consumo de drogas. En su época en lo bajos fondos neoyorkinos experimentó con todo lo que tuvo a su alcance. De hecho fue el maestro que inició a los otros miembros de la incipiente Generación Beat. De esa época quedó enganchado con la heroína, hábito que mantendría hasta el final de sus días.

En Texas tuvo una plantación de marihuana y en México continuó con la heroína y el alcohol. Es en este lugar, en 1951, donde ocurre el hecho que cambiaría su vida y que lo impulsaría a escribir; asesinar accidentalmente a su esposa Joan. En un estúpido juego de William Tell, Joan sitúa un vaso sobre su cabeza, Bill le apunta y le da en la sien.

Luego de la avalancha emocional y burocrática del caso, Burroughs decide ir en búsqueda de lo que cree es el “final fix”, la sustancia más poderosa en la Tierra, que lo hará finalmente convertirse en un hombre nuevo; la mítica Ayahuasca del Amazonas. Lo único que sabía de ésta era a través de un pequeño artículo publicado en la revista True, en un momento en que al mundo occidental le era casi desconocida.

Cuando Joan aún vivía, William había realizado un viaje fallido a la selva ecuatoriana junto a su amante Eugene Allerton (nombre cambiado en su biografía). Esta vez estaba decidido a probar la sustancia mágica. Hacia enero de 1953 Burroughs se encontraba en Bogotá, una ciudad donde le pareció sentir el peso de la España sombría y opresiva, como en ninguna otra ciudad de Latinoamérica. Buscando conocimientos se dirige a la Universidad donde se encuentra con el botánico Richard Evans Schultes, un americano, egresado de Harvard, experto mundial en el estudio de plantas psicoactivas.

Le explicó a Burroughs que en la selva del Amazonas crecen naturalmente 100 especies de banipsteriosis, la liana con la que se prepara la Ayahuasca. La corteza del tronco se muele y se hierve, este brebaje mezclado o no con otras plantas produce un efecto alucinógeno. También le cuenta que es una planta sagrada en la zona, utilizada hace milenios por los indígenas para conectarse con el mundo de los espíritus.

Con esta información Burroughs inicia su búsqueda bajando por el río Putumayo. En Puerto Limón encuentra un chamán que a cambio de aguardiente le prepara una infusión fría de la planta. Solo experimentó sueños en colores imaginando una ciudad compuesta que unía Lima, Ciudad de México y Nueva York.

En Puerto Assis, bordeando el límite con Perú, país con el cual en ese momento había conflicto, la Policía Nacional le pide sus papeles. Encuentran un error de año en su visa y es obligado a esperar una respuesta detenido en ese pueblo. Luego de una larga espera con malaria incluida, fue obligado a volver a Bogotá para obtener una nueva visa. Se sentía como en un juego de mesa lunático donde tienes que volver al comienzo si caes en el lugar equivocado. Pero este giro del destino le permitió sumarse, gracias a Schultes, a una expedición de la Comisión Cacao con la que viajaría con mayores comodidades.

El vomitador por Allen Ginsberg

Esta vez en Mocoa tendrá la verdadera experiencia: dentro de una choza, el chamán se inclina hacia un pote, cantándole en voz baja para ahuyentar los malos espíritus. Le entrega su porción; una sustancia oleosa, de color fosforescente y gusto amargo. Dos minutos después su cabeza daba vueltas y frente a sus ojos pasaban flashes de colores. Desesperado intentó pararse, para descubrir que casi no podía caminar. En pánico se mete un Nembutal a la boca y se siente un poco mejor.

Pero el delirio continúa, siente que mira un cuadro de Van Gogh. Luego aparece una lujuria incontrolable, un deseo que no conoce género, es una mujer y un hombre a la vez. Piensa que el efecto te hace perder toda respetabilidad, y cómo cambiaría la sociedad americana si cada complaciente ciudadano de clase-media viviera la experiencia. Se da cuenta que quizás el primer estado es como el vértigo descrito por H.G Wells en The Time Machine, cuando vas a comenzar el viaje espacio-tiempo. La alucinación le dura 4 horas.

Ya en mayo decide dejar la expedición y se va a Lima. Se pasa un mes alojado cerca del Mercado Mayorista, disfrutando de la cantidad de chicos que acceden a tener sexo por poca plata. De paso le van robando todo lo que tenía. A mediados de Junio se interna en la selva y llega a Pucallpa. En esta zona, nativa de la etnia Shipibo, la liana se mezcla con otra planta llamada localmente chacruna, que es un potente catalizador. Va a consumir Ayahuasca alrededor de cinco veces, creando cierta tolerancia a la sustancia. Entiende que la inicial perdida de control es extremadamente aterradora hasta que dejas de luchar contra ella

Finalmente había experimentado la droga más poderosa del mundo. Un total rapto de los sentidos, otro nivel en la existencia. Un verdadero viaje a otra dimensión que no se parecía a lo producido por ninguna otra sustancia.

Durante este periodo Burroughs mantuvo una correspondencia con Allen Ginsberg, que más tarde se convertiría en el libro The Yage Letters. En éste se incluyen las andanzas de Ginsberg en Pucallpa, quien años después, en 1960 siguió a su maestro en la búsqueda del epítome psicodélico, en su caso desde una mirada más espiritual.

El libro fue publicado el año '63, en el momento preciso en que la cultura americana se revolucionaría para siempre con el nacimiento de la contracultura psicodélica. Sólo 6 meses después de la publicación, Ken Kesey (un escritor relacionado con los Beats) junto a los Marry Pranksters inician el mítico viaje a través de Estados Unidos, donde darán a probar LSD en su famoso Acid Test.

William Burroughs en específico y la cultura de la Generación Beat en general, serán fundamentales en la posterior apertura cultural hacia las experiencias con narcóticos. Curiosamente, su uso extendido generará anticuerpos en los Gobiernos y pronto su uso, venta e investigación, serían penados por la ley. Con esto muchísimas sustancias sanadoras en potencia como la Ayahuasca, se han visto negadas de efectivos estudios científicos.