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Las 11 claves para entender la obra de Andy Warhol: II Parte

La segunda parte sobre la obra de Warhol; el intento de asesinato, la revista Interview, Studio 54, el espíritu de los '70 y la creación de su propio mito

Desde la decadencia y el fin de la Silver Factory en la parte I

6. El año 1968, Valerie Solanas, escritora y feminista radical diagnosticada de esquizofrenia, le disparó tres tiros a Andy Warhol en la puerta de su estudio.

Valerie Solanas era una de las tantas personas que pasaba sus horas en la Silver Factory, una de las tantas personas que buscaban la protección y aprobación de Andy. Solanas había escrito un guión que Warhol le había prometido producir. Luego de recibir constantes evasivas, decidió en su delirio ir a matarlo. La tarde fatídica, Valerie se dirigió a la nueva Factory, que recién se había cambiado a Union Square, y esperó hasta que llegara. Mientras éste hablaba por teléfono le disparó tres veces, dándole con una de las balas que le atravesó 7 órganos. Andy fue llevado de urgencia al hospital donde fue declarado clínicamente muerto. El doctor decide abrirlo y luego de 5 horas en operación, salió con vida. Recuperarse físicamente le tomó meses, recuperarse psicologicamente, la vida entera. Valerie Solanas se entregó ese mismo día afirmando que Warhol tenía demasiado control sobre su vida.

Andy Warhol nunca volvió a ser el mismo, nació en el una creciente paranoia y vivió para siempre con dolores físicos. En la nueva Factory le prohibió la entrada a todos los freaks y drogadictos de la Silver, instalando una puerta antibalas y cámaras de seguridad que lo protegieran. Se rodeó de un nuevo tipo de gente, trabajadora y con ambición, un equipo que lo llevaría a convertirse en un empresario del arte. La etapa experimental estaba terminada.

7. Andy Warhol se alejó de su entorno poco convencional y dedicó gran parte de su trabajo en la década de los '70 a los retratos por encargo.

Andy siempre estuvo obsesionado con el dinero, con tenerlo y con gastarlo. En los retratos por encargo encontró una fuente inagotable de dólares. Fue Fred Hughes, su mano derecha en esta época, quien lo subió desde el underground a la high society y a los círculos de poder. Fue una época de cuatro invitaciones cada noche, desde cenas en Park Avenue a premieres de cine y de almuerzos en la Factory, que pronto se convirtieron en un símbolo internacional de status. Los viajes a Europa eran constantes, donde tenía sus mayores clientes y galeristas; los europeos desde el comienzo encontraron todo tipo de profundidades filosóficas en su obra. En París, Milán o Roma, Andy y su equipo continuaban con la ronda de invitaciones, con lo más «up there», como decía Andy. Incluso el Barón de Rede dio una sus míticas cenas, en honor a Andy Warhol, en su mansión del Palacio Lambert en París.

Para Andy vida y trabajo eran uno, y empujaba a sus colaboradores continuamente a maquinar conversaciones y encuentros para lograr conseguir retratos. En estos casos el mismo hacía las fotos y luego las serigrafiaba. El primero costaba $20.000 y luego cada copia en otros colores bajaba a $5.000. A principios de los '80 todo el que fuera alguien tenía su rostro retratado por Andy Warhol, desde Diane von Furstenberg a Farah Diba, Emperatriz de Irán, a Debbie Harry y Diana Ross. Warhol ya era famoso, ahora se hacía rico.

8. En 1969 fundó la revista Interview dedicada a las celebridades.

Interview eran los '70s hechos revista. La fama era el único común denominador que unía a las personas que aparecían en sus páginas. Era una revista de vida social, era como estar en las fiestas de Studio 54. Las personas bellas, famosas y ricas eran retratadas y entrevistadas al estilo Warhol, con colores y monosílabos. Fue Bob Colacello, el editor de la revista por 10 años, quien la llevó al estrellato y quien le atribuye el éxito a que unían mundos como nadie lo estaba haciendo; princesas, diseñadores de moda, rock stars y artistas de vanguardia, todos famosos, todos en Interview.

Fran Lebowitz y Truman Capote colaboraron por largo tiempo con Interview, convirtiendo luego sus columnas en libros. También trabajó André Leon Talley. Hacia mediados de los ’70 el crítico Benjamin Stein de Wall Street Journal escribió «En un sentido la revista de Andy es igual a su arte. Su misma superficialidad dice algo desgarrador sobre la desesperación en la vida de la mayoría de las personas… en un sentido eso hace de cada número de Interview una pequeña obra de arte» Siempre Andy, mostrando lo más superficial para decir lo más profundo.

9. Warhol siempre frecuentó los clubes de Nueva York donde era un meticuloso observador de la vida nocturna

Andy Warhol era un voyerista en extremo, con su extraña personalidad, siempre prefería observar que participar. Y así era como vivía la vida nocturna neoyorkina; no bailaba, no conversaba, solo miraba. En los ’60 pasaba todas las noches en Max Kansas City, en la sala de atrás «the backroom», donde actuaba como un árbitro de quien era lo suficientemente cool para entrar (en la foto junto a Paul Morrisey y Janis Joplin). Ahí se trasladaba todo su séquito de personajes cuando no estaban en la Silver Factory.

Después del disparo se retiró unos años de la vida nocturna, para compensar llamaba a primera hora a todos sus cercanos, para saber todo lo que había pasado y sobre todo, quién se había ido con quién. Cuando abrió Studio 54 el año ’76, Andy había vuelto a la noche y las pasaba casi todas ahí. Rápidamente pasó a estar totalmente identificado con este lugar. Lo especial de Studio 54, además de estar repleto de famosos, es que representaba el mix social de los ’70, que rompía con las antiguas barreras entre rico y pobre, gay y hetero, joven y viejo, etc. El fin común era prenderse con cocaína y alcohol y bailar disco toda la noche.

10. Las famosas Cápsulas de Tiempo son cajas de cartón donde guardaba los más diversos objetos, sin otro criterio de selección más que su pertenencia

Warhol, décadas antes del teléfono inteligente, obsesivamente registraba TODO. Siempre llevaba consigo su grabadora Sony y su cámara Polaroid, incluso grababa sus conversaciones telefónicas. Había un impulso primario en él en querer absorber todo lo que estaba pasando a su alrededor. Era un tarea interminable a la que dedicaba su vida. En cierta manera todo lo que hacía era una forma de registrar su época; fotografiar, entrevistar, pintar.

Otra forma de archivar y de registrar la encontró en las Cápsulas del Tiempo, estas eran cajas que dejaba al lado de su escritorio y que iba llenando con todo lo que encontraba a mano y no quería botar, como fotos, invitaciones a eventos y otros objetos. Cada vez que se llenaba una se cerraba y se le ponía fecha. Esto sucedió hasta su muerte, por lo que existen 610 Cápsulas del Tiempo, con una infinita y random variedad de contenido.

11. La trayectoria artística de Andy Warhol alcanzó un punto cúlmine cuando pudo posicionarse a si mismo, en tanto que artista de renombre, como un icono popular

Nadie entendía el tema de la fama tan bien como Andy Warhol. La creación de su propio mito fue una constante en todas las etapas de su vida. Él ideó y trabajó por convertirse en un icono de la cultura popular, tal como Marilyn y Jackie. Para esto cuidó siempre un look identificable y uniformado y cultivó su misterio escondiendo su personalidad detrás del artificio, reduciendo su vocabulario a palabras como Wow! Gee! That’s great! y Oh really?

Era el doble juego de Warhol, por un lado creando esa personalidad fría, distante y superficial, se protegía y refugiaba del incontrolable miedo que le daba mostrarse a si mismo. Por otro lado el artificio le daba un aura de misterio a su persona pública y mediática, deshumanizándolo y convirtiéndolo en una imagen sin fondo. Con esto encontró lo que tanto buscó: nunca morir del todo. La figura de Warhol sigue presente en nuestra cultura, así como sus Elvis, Marilyn y Jackie, en el panteón de la divinidad contemporánea.