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Kate Moss, Corinne Day y las fotos que Revolucionaron la Moda de los ´90

Una revisión a las imágenes creadas por este dúo que pasaron a definir la estética de una década basada en el anti-glamour y en la anti-moda

A principios de los noventa, una atípica fotógrafa de moda, descubrió a una atípica modelo y juntas crearon las imágenes que definieron la década. La fotógrafa era Corinne Day y la modelo Kate Moss. Ambas crecieron en familias de clase popular, pertenecían al mundo cockney londinense. Su infancia estuvo completamente alejada del glamour fashion y pronto en su vida serían vitales en torcer este concepto; desprenderían a la moda de la moda.

Corinne Day también era modelo. Su novio y posterior marido Mark Szaszy le enseñó a usar la cámara y ella la convirtió en su herramienta. Mientras vivía en Milán con otras modelos, comenzó a documentar sus vidas que no se parecían en nada a la elegancia de las fotos en las que aparecían. Vivían a vino, pan y marihuana.

Kate Moss fue descubierta a los catorce años en el aeropuerto JFK de Nueva York. Era muy flaca, media 1,70 y tenía las piernas arqueadas. Su competencia eran Cindy Crawford, Naomi Campbell y Linda Evangelista; supermodelos con un exceso de perfección, alturas impensadas y cuerpos torneados.

Pero revistas londinenses como The Face, I-D y otras, que nacen a principios de los '80 para documentar la contracultura y los youth movements, querían retratar una cara más fresca de la moda. La estética de la juventud y de la libertad. En esos años el mundo cambiaba, era el fin de la Guerra Fría, el fin del Muro de Berlín y había un optimismo hedonista que se reflejaba en la incipiente cultura rave.

El director de arte de The Face, Phil Bicker, fue fundamental en difundir esta nueva estética. El año '90, cuando Corinne Day llega a mostrarle sus fotos estilo crónicas de sus amigas en Milán, le encarga enseguida una editorial con Melanie Ward como stylist, para su edición The Third Summer of Love. Corinne encuentra, para protagonizar sus fotos, a una muy poco conocida modelo en una polaroid de la agencia Storm Models; Kate Moss.

Las fotos fueron tomadas en la playa Camber Sands, en blanco y negro. Muestran a una Kate sin maquillaje, vestida con una mezcla de ropa de segunda mano y otra de diseñador. Las Birkenstock y un tocado de plumas le dan el sello al styling. Melanie Ward relata que era una época extremadamente creativa y experimental. Estaban creando una nueva estética posible en la moda y era totalmente revolucionaria.

Fue tal el impacto, que tres años después en 1993, la nueva editora de British Vogue, Alexandra Shulman, le comisionó a Day una editorial. Su labor era inyectarle frescura al exceso maximalista que se arrastraba desde los '80. El shooting se llamaba Under Exposed y pretendía mostrar lencería.

A Corinne Day le interesaba sacar a la luz la verdadera personalidad detrás de las modelos, por esto, las fotos se hicieron en el departamento de Kate Moss, en su propio ambiente. Este lugar en West London, lo compartía con Mario Sorrenti, quien era su novio y con quien había tenido una fuerte pelea justo antes de las fotos.

Moss aparece con su extrema delgadez y uno ojos tristes que le dan un aire de melancolía y vulnerabilidad. Como fotografía de moda era una revolución total y la primera vez que Vogue publicaba algo así de crudo y honesto. Por su parte, Kate Moss llegó por primera vez a la portada de Vogue, pero la prensa montó en cólera.

El escándalo se desató en cuanto se acusó a las fotos de pretender glamorizar el abuso de drogas, la anorexia e incluso la pornografía infantil. Nace el concepto de «heroin chic» y el agente de Moss le aconseja no trabajar con Corinne por un tiempo. Las dos habían colaborado estrechamente los últimos tres años, incluso viviendo juntas. Por su parte, Corinne decide que está cansada del mundo fashion y se va a documentar el tour por U.S.A de la banda de rock alternativo Pusherman.

Lo que hizo este grupo de creativos, que incluían también a David Sims, Simon Foxton y otros, era la antítesis de lo que era la moda en ese momento. Cambiaron la percepción de qué y quiénes podían estar incluidos en el mundo de la moda. Calvin Klein fue el primero en masificar este look, contratando a Kate Moss para protagonizar sus campañas de perfumes y jeans. Por otra lado, fue el comienzo de nuestra era obsesionada con el estilo personal, la moda dejó de ser lo central. Y Kate era la perfecta musa por su inherente style. 

Corinne Day muere el año 2010 de un tumor cerebral diagnosticado 14 años antes, pero su influencia es eterna. Con su enorme rebeldía ante lo establecido, ante lo maquillado e intocable de la moda, logró que ésta se acercara a la realidad, aunque fuera sólo un poquito.

 En palabras de los protagonistas…

Melanie Ward (en la foto)

«We had no money. There was no desperation there, there were no career aspirations, there was no thought of making money or becoming famous. All we really wanted to do was just experiment, have fun, and create»

Phil Bicker

“It was an exciting time because we were making up the rules as we went along. I saw the same thing in Kate as Corinne saw, that she represented something very real: the opposite, in fact, of all the unreal high glamour of fashion»

«Kate hadn’t been modelling for very long but, even in her awkwardness, she had that thing about her that Twiggy had in the 60s, a freshness that matched the times.”

Kate Moss

“I was just having a laugh, Corinne just wanted to bring out everything I hated when I was 15. My bow legs, the mole on my breast, the way I laughed.”

Corinne Day (en la foto)

“Photography is getting as close as you can to real life, showing us things we don’t normally see. These are people’s most intimate moments, and sometimes intimacy is sad.”